A través de los medios de comunicación, como el resto de la ciudadanía de Carreño, conocí la noticia de que a FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha), una red antigua y centrada en las distancias cortas, se le pretendía recetar el jarabe amargo del recorte. A la certeza de la integración con Renfe, aprobada en el Consejo de Ministros de la semana pasada, se sumaron las declaraciones de la ministra de Fomento, Ana Pastor, la cual anunció que FEVE se "extinguiría" el próximo día 1 de enero de 2013, año y medio antes de lo exigido por Bruselas, mucho antes de que la UE marque criterios obligatorios, como la partición de Renfe en cuatro sociedades anónimas (Renfe Viajeros, Renfe Mercancías, Renfe Mantenimiento y Renfe Material Rodante). La reforma de liberalización de infraestructuras pretende "dotar a la gestión de Renfe de esquemas empresariales similares a los de otros operadores ferroviarios del ámbito europeo (...), sin descartar la posible entrada de capital privado en las nuevas empresas, si se considera conveniente".

En distintos medios de comunicación asturianos leí con estupor que se podrían reducir trenes en la línea Gijón – Avilés, modificar horarios y reducir frecuencias a partir del próximo otoño. Ante una posible remodelación de los servicios de trenes en Carreño debidos a los recortes impuestos por el Gobierno central me dirigí, el pasado 3 de Septiembre, al Presidente de FEVE, D. Marcelino Oreja Arburúa.

 

 

 

El 11 de Septiembre recibí en el Ayuntamiento la respuesta de la empresa. En ella señalan que no pondrán en marcha la reorganización de frecuencias hasta el próximo año, que son conscientes de la importancia social y económica que tiene este transporte y que prevén que todos los tramos de cercanías y regionales de la compañía continúen plenamente operativos y cuenten con frecuencias para garantizar el servicio público. Concluye el Sr. Oreja indicando que nos mantendrá debidamente informados de las medidas que finalmente se adopten.

 

 

No bajamos la guardia y estamos vigilantes. Defendemos un sector ferroviario público óptimo y de calidad, que sea la malla básica central del resto de modos de transporte. Y ponemos todo nuestro empeño en combatir una remodelación que: